Gracias tío Sebi por regalarme esta gloriosa camiseta, forjada en grandes hazañas y cánticos inagotables de aguante. Esta camiseta, cuyos colores también tienen el honor de llevar mi Papá, mi Tata Jorge, mi tío Miguel, mi tío Nico y mi querido primito Lucio.

Sabremos lucirla en cada potrero, plaza y canchita donde se patee una pelota con dignidad, destreza y la frente bien alta. Porque siempre, pero siempre
¡Brillará blanca y celeste la Academia Racing Club!


Pd:
Dedicado a todos los que no comparten mis sentimientos: padrino Pablo, abuela Betty, y en especial a mi abuelo Horacio, no te enojes, pero el rojo prefiero verlo solamente en una rica salsa de tomate.

1 comment:

Pablo García said...

Querido sobrino:
Sos libre de elegir los colores que quieras pero te cuento que podés pasar tu cunpleaños 35 sin verlo campeón (las historias se repiten). Aún no entiendo por qué te empeñás en hacerte de un club cuyo archirival es el equipo más amargo de la Argentina.
Una pena (no voy a dejar de intentarlo), pero San Juan y Boedo tiene más historia. Y encima vivís a 10 cuadras.
El tío Pablete.